domingo, 20 de septiembre de 2009

Observando el horizonte I. La rentabilidad.

Antes de emprender el viaje hemos de marcarnos un destino y mirar el horizonte hacia donde queremos navegar. En este caso tenemos que tener claro que esperamos de nuestro viaje por la bolsa: ¿Hacernos rápidamente ricos o simplemente sacarle algo más de rentabilidad a nuestros ahorros de la que podemos sacarle mediante la renta fija y los depósitos tradicionales?. Si lo que buscas es lo primero, siento desilusionarte, nuestra cartera de 15000 euros no va a convertir a nadie en el nuevo Warren Buffet. Si lo que buscas es lo segundo, podemos empezar a trabajar en ello.

Lo primero que nos vamos a plantear es un objetivo de rentabilidad aceptablemente realista. En este momento de tipos de interés extremadamente bajos nos parece que una rentabilidad media a largo plazo del 8 % anual es un objetivo suficientemente ambicioso. No se trata de que no nos gustara ganar más, se trata de que no queremos hacernos ilusiones infundadas que pudieran inducirnos a incurrir en riesgos completamente injustificados. Si el objetivo de rentabilidad es razonablemente modesto y realista no necesitaremos dar ningún pelotazo especulativo y arriesgado para conseguirlo, pues podremos encontrar suficientes oportunidades de inversión relativamente seguras que ofrezcan expectativas razonables de dar dicha rentabilidad. Así y todo, una rentabilidad del 8 % representa en estos momentos el doble de rentabilidad de la que se puede obtener invirtiendo en deuda pública a largo plazo. Personalmente no creo que sea algo para despreciar.


Como puede deducirse de este post, nuestra intención es navegar en bolsa a través de aguas relativamente seguras. En los próximos blogs estudiaremos como conseguirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario