jueves, 15 de octubre de 2009

De marejada a fuerte marejada II

Animado por las repetidas recomendaciones de nuestra ministra de la vivienda, he estado haciendo un pequeño estudio de mercado de los precios de pisos en Madrid. Mi intención no era hacer una inversión, sino buscar un piso para vivir un poco más grande del que tenemos ahora. Me he llevado una triste sorpresa al observar que ninguno de los precios actuales parece medianamente razonable desde un punto de vista económico. Aunque el propósito de la compra sería usar el piso como vivienda, tampoco me apetece perder dinero en él. Los precios a los que se siguen ofertando los pisos (nuevos o de segunda mano) parecen seguir descontando un escenario de crecimiento de precios de dos dígitos; pero si asumimos que ese escenario no se va a dar en muchos años, el único referente que queda para valorar un piso es su posible rentabilidad vía alquiler. Si a un piso le calculamos su rentabilidad a los precios de alquiler actuales (que están bajando) nos sale de menos del 2 % (sin contar los gasto asociados al alquilar, desgaste del piso, porcentaje de desocupación etc...). ¿De verdad vale la pena invertir en un activo que no nos promete más rentabilidad que una cuenta naranja (por poner un caso) y está en el momento actual sujeto a un serio riesgo de depreciación? Sí es verdad, que a largo o muy largo plazo, un piso nos pueda proteger de la inflación, sobre todo si entráramos en una situación de hiperinflación (que actualmente dicen es poco probable). Pero a la larga podemos obtener esa misma protección con otros activos, como muchas acciones de empresas cotizadas que, mientras tanto, nos pueden dar fácilmente rentabilidades del 5 % sólo por dividendo. Por ello, creo que el mercado inmobiliario aun no refleja la nueva realidad de nuestro país. El problema está en que para que llegue a normalizarse, los precios medios de la vivienda en ciudades como Madrid deberían descender al menos entre un 30 y un 50 % adicional (sobre los precios tan baratos que dicen que tenemos ahora). Por eso digo que la burbuja inmobiliaria en España se ha congelado pero aun no ha estallado.
Por supuesto, muchas de estas propiedades inmobiliarias están directa o indirectamente en el balance de los bancos y cajas, por lo que los héroes de la película de las subprime americanas se pueden ver acorralados por una tribu de subprimes propias. Son numerosos los blogs y análisis que ya advierten de estos negros nubarrones en el horizonte Español. Antes de ayer, sin ir más lejos, se publicó uno de Moody’s donde se dice que los bancos españoles van a necesitar entre 100000 y 200000 millones de euros para salir de el "bache" que se avecina y no es ni con mucho el mas pesimista de los que he leido.

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